Este viernes dividimos la clase en dos partes. Por un lado tenían que hacer los retratos de los profesores para remplazar las antiguas fotos que cuelgan en el pasillo de la escuela. La segunda parte de la clase consistía en pintar con luz, la finalidad era fijar los conceptos de velocidad/diafragma que explicamos el miércoles y emocionar a los chicos con fotos espectaculares.
Los retratos fueron maravillosamente, hicimos dos sets para poder trabajar más rápido y que todos se involucraran, ya fuera aguantando fondos, luces o disparando la cámara. Pudimos observar como el trabajo de todo un mes explicando como hacer retratos, se había fijado en su mente.
La segunda parte era divertida a la par que difícil. Planteamos tres ejercicios para pintar con la luz, tenían que hacer una foto que contara una historia, otra que fuera espectacular y la última que hiciera reír. Esta parte no acabo de salir, quisimos correr demasiado.
Los chicos entendieron el concepto de tiempo de exposición. Pero vimos que el trabajar con luces tan diferentes como es el flash y la luz continua, les volvió un poco locos. Los resultados les encantaron, estaban todos comprometidos, parecería un éxito pero nosotros nos quedo un regusto raro. Nos dimos cuenta que tenemos que ir más lentos, primero fijar conceptos técnicos y luego, ya les explicaremos como pueden contar una historia con esa técnica.
De todo se aprende, así que eso es lo que nos queda. Pasito y buena letra.